Latinoamérica aumenta aranceles al acero chino
En una muestra de creciente proteccionismo económico, diversos países latinoamericanos han seguido los pasos de Estados Unidos y Europa al imponer aranceles a las importaciones de acero procedentes de China, de acuerdo con los análisis compilados por Bloomberg.
En las últimas semanas, México, Chile y Brasil han incrementado, y en algunos casos duplicado, los aranceles sobre estos productos, mientras que Colombia podría sumarse pronto a esta tendencia.
Esta medida parece contradictorio con el panorama de relaciones comerciales que América Latina y China han cultivado en los últimos años. China se ha posicionado como el principal comprador de materias primas y un inversor significativo en la región. América Latina, a su vez, ha ofrecido a China un mercado adicional para sus productos, especialmente en medio de los altos aranceles que enfrenta en Estados Unidos y Europa.
En este contexto, China ha exportado cerca de 10 millones de toneladas de acero anuales a América Latina, valoradas en aproximadamente US$8.500 millones, según datos de la asociación regional del acero, Alacero.
Este fortalecimiento del proteccionismo global y la inundación de importaciones chinas están poniendo a prueba la relación comercial entre China y América Latina, afectando potencialmente a 1,4 millones de empleos en la región. Margaret Myers, directora del Programa de Asia y América Latina del Diálogo Interamericano, calificó esta situación como una “prueba importante de los intereses e intenciones de China” y de la “determinación latinoamericana de desafiar a un socio económico crítico”.
Brasil, por ejemplo, se prepara para implementar un sistema de cuotas arancelarias para contrarrestar los precios predatorios de las aleaciones importadas. El aumento del 62% en los envíos chinos el año pasado, alcanzando 2,9 millones de toneladas, ha impulsado esta medida. Marco Polo de Mello Lopes, presidente de la asociación industrial Aco Brasil, afirmó que “es una señal para el mundo de que Brasil tiene reglas, no es tierra de nadie”.
Sin embargo, estas acciones conllevan riesgos significativos, especialmente para las economías más pequeñas y exportadoras que dependen de la demanda china. Ejemplos pasados muestran cómo Beijing ha reaccionado suspendiendo compras e inversiones, como ocurrió con la soja argentina y la canola canadiense tras medidas percibidas como injustas.
El impacto de las restricciones al acero chino podría ser considerable, dado que los envíos chinos a América Latina han desplazado a las importaciones de Brasil, México y Colombia. Al respecto, Fabio Galán, director ejecutivo de la siderúrgica colombiana Paz del Río, señaló que los descuentos en los precios del acero chino, que llegan al 50%, han afectado gravemente a la industria local.
Además, las inversiones chinas en América Latina han sido clave en el desarrollo de sectores como energía, transporte y minería, con un gasto acumulado de 187.500 millones de dólares entre 2003 y 2022, según Diálogo Interamericano. No obstante, el ritmo de estas inversiones ha disminuido recientemente.
El proteccionismo actual podría arriesgar esta relación de inversión y comercio. Las nuevas tarifas impuestas podrían tener un impacto limitado en la vasta capacidad de producción de acero de China, que asciende a mil millones de toneladas métricas anuales. Gustavo Werneck, director ejecutivo de Gerdau, una de las principales siderúrgicas de Latinoamérica, advirtió que estas medidas no resolverán los problemas de competitividad a largo plazo de la industria local, como los altos costos de energía.
Para Christopher Beddor, subdirector de investigación sobre China en Gavekal Dragonomics, estos países tienen ahora más influencia debido a su importancia como destinos de exportación para China, pero siguen dependiendo en gran medida de ella, lo que configura un delicado equilibrio en las relaciones comerciales internacionales.
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