Venezuela, el Estado que se niega a colapsar: ¿Cuál ha sido el rol de China?

El siguiente artículo forma parte de la serie China y Mediación de Conflictos publicada por el Stimson Center, un tanque de pensamiento basado en Washington D.C., EE.UU. La versión original en inglés fue publicada el 16 de febrero 2024 por el Stimson Center y fue escrita por Parsifal D’Sola Alvarado y Benjamin Creutzfeldt. Pueden conseguirlo en este enlace.

En Venezuela, el Estado que se niega a colapsar ¿Qué rol ha jugado China?, Benjamin Creutzfeldt y Parsifal D’Sola Alvarado evalúan la historia del vínculo entre China y Venezuela en medio de un periodo de rápida transformación política y económica del petro-Estado sudamericano. Los autores examinan cómo China trabajó para proteger sus intereses de inversión en Venezuela al mismo tiempo que evitó participar directamente en la crisis política, un enfoque calibrado para el hemisferio occidental que se diferencia de las actividades de mediación de China en otras regiones.

Colección China y Mediación de Conflictos  

La colección China y Mediación de Conflictos recoge ocho artículos de reconocidos expertos sobre la evolución del enfoque de China frente a la mediación de conflictos en todo el mundo. Con estudios de caso de cuatro continentes, cada capítulo examina los motores, los marcos y los resultados de los esfuerzos de China por participar en la mediación de conflictos. Con análisis extraídos del contexto histórico y de los acontecimientos actuales que influyen en la decisión de China de ejercer la mediación, esta colección ofrece una visión de por qué China es cada vez más activa en este ámbito, y qué significa esto para su papel en la comunidad internacional.

Introducción

La República Bolivariana de Venezuela pasó de ser un ambicioso experimento de cambio social y reajuste de la política exterior que se dio en la primera década del siglo XXI —bajo el liderazgo del carismático Hugo Chávez— a convertirse en un petro-Estado mal gestionado que sufre de un éxodo masivo y perdió la capacidad de producir y exportar su principal producto: el petróleo. Durante un periodo de casi veinte años, la República Popular China se convirtió en un socio clave de la economía venezolana a través de préstamos adelantados sobre la futura producción de petróleo, mientras que sus empresas estatales y sus bancos de desarrollo, junto con miles de trabajadores y empresarios privados de las industrias de suministros y servicios, asumieron diversos grados de riesgo para operar en el país sudamericano. A medida que los precios mundiales del petróleo cayeron precipitadamente en 2014 y la industria del crudo del país se derrumbó como consecuencia de la precarización generalizada, la corrupción interna se disparó y la situación económica y de seguridad en toda la sociedad empeoró, lo que obligó a un gran número de ciudadanos venezolanos a emigrar.1 A esto se sumaron las progresivas sanciones de Estados Unidos contra el Gobierno de Nicolás Maduro. Mientras tanto, China se enfrentó a considerables pérdidas a corto plazo en sus activos y a amenazas a la seguridad de sus nacionales residentes en Venezuela, así como a costos de reputación en la región derivados de su destacada implicación en un país cuya economía se encontraba en caída libre.

Durante la década de 2010, el Gobierno chino tuvo que actuar rápidamente para asegurar sus intereses y compromisos bilaterales en dos ocasiones: primero, en 2015, cuando percibió que su posición en el país era menos segura tras la victoria de la oposición venezolana, que obtuvo el control de la Asamblea Nacional (el poder legislativo del país) y, de nuevo, en 2019, con la instauración de jure de un Gobierno interino que desafió directamente a la presidencia de Maduro. En 2019, varios comentaristas y autores académicos subrayaron la necesidad de una intervención china en la multidimensional crisis venezolana y esbozaron posibles escenarios para ello,2 y aunque existe poca evidencia de intervenciones directas de Pekín, tanto diplomáticos chinos como líderes empresariales expresaron repetidamente su exasperación y preocupación por el deterioro del país, y declararon su voluntad de ayudar a resolver el impasse político.

Además de Corea del Norte y el conflicto palestino-israelí, los esfuerzos de mediación de la República Popular China (RPCh) se han concentrado en África, Oriente Medio y el Sudeste Asiático. No existen precedentes de que el Gobierno chino haya intervenido para abordar o ayudar a resolver tensiones entre partes en conflicto en el continente americano. Este capítulo explora la respuesta de China a la crisis venezolana y en qué medida han existido intentos de mediación o intervención. La primera sección traza las respectivas trayectorias y objetivos geopolíticos de los dos países en el contexto de una creciente interrelación de la economía mundial, y expone la convergencia de intereses entre ambas naciones, a pesar de sus considerables diferencias. La sección siguiente analiza los dos momentos clave en los que se produjeron desafíos electorales al status quo en Venezuela —en 2015 y 2019— incluyendo la postura cada vez más proactiva de Estados Unidos, y cómo respondió China. La sección final expone las acciones identificadas y ofrece una caracterización de la posición y las acciones de Pekín en el dilema político de Venezuela.

Trayectorias globalizadoras

La integración mundial de principios del siglo XXI dejó a China cada vez más inmersa en las cadenas de suministro internacionales y la animó a extender su alcance por todo el planeta. Del mismo modo, las economías sudamericanas vieron cambios en la esfera política y económica que prepararon el terreno para una mayor integración global y para crecientes oportunidades de cooperación con China. Un factor clave en esta realineación y profundización de las relaciones fue la alianza forjada entre Caracas y Pekín a principios de la década de 2000.

Venezuela

La estrecha relación que entablaron Venezuela y China en la década de 2000 estaba lejos de ser inevitable. Desde el punto de vista venezolano, fue fundamentalmente una innovación impulsada por Hugo Chávez, elegido presidente en 1999. En los primeros años de la presidencia de Chávez, Venezuela dio un giro de 180 grados en sus relaciones internacionales, y pasó de ser un país estrechamente alineado con Estados Unidos, y activo promotor de las normas democráticas en el hemisferio occidental, a ser una nación cada vez más autoritaria que buscaba activamente estrechar lazos con países autocráticos como Cuba, Libia, Rusia y China, en una postura abiertamente antagónica frente a las políticas estadounidenses en la región.3

Durante su mandato, Chávez visitó Pekín seis veces, más que cualquier otro jefe de Estado de Latinoamérica.4 Solo en 2010, año en que ambos países redoblaron sus compromisos mutuos y ampliaron el fondo conjunto sino-venezolano en 20 mil millones de dólares, cinco delegaciones de alto nivel de cuatro ministerios venezolanos diferentes visitaron Pekín.5 Ningún otro país del hemisferio occidental, ni siquiera la mayor economía de la región, Brasil, disfrutó de este nivel de acceso en la capital china.

La completa renovación de las estrategias de política exterior de Venezuela, incluyendo la apertura a China, se vio respaldada por la abundancia petrolera del país.6 Chávez presidió la década más rentable de la historia petrolera de Venezuela, debido a un aumento sostenido de los precios mundiales del crudo7 que permitió a su gobierno poner en práctica una ambiciosa agenda en el país y en el extranjero, prácticamente sin limitaciones presupuestarias. Esto se vio facilitado además por la concentración de poder en la rama ejecutiva del gobierno. A pesar de los ingresos sin precedentes, en el transcurso del mandato de Chávez, la deuda pública y externa de Venezuela se disparó a niveles históricos: 104 mil millones de dólares en 2013.8 Entre 2007 y 2016, China le prestó a Venezuela 62.500 millones de dólares, casi la mitad de lo que le prestó a toda la región durante ese periodo, lo que sitúa a Venezuela como el mayor receptor de financiamiento de China en todo el mundo9.

Bajo el mandato de Chávez, la política exterior de Venezuela fue muy eficaz a la hora de proyectar su influencia en toda Latinoamérica, un factor que a menudo se pasa por alto a la hora de explicar el interés de China en Venezuela.

Bajo el mandato de Chávez, la política exterior de Venezuela fue muy eficaz a la hora de proyectar su influencia en toda Latinoamérica, un factor que a menudo se pasa por alto a la hora de explicar el interés de China en Venezuela. A partir de 2004, cuando los precios del petróleo empezaron a subir, Chávez comenzó una campaña de gasto internacional en la que ofreció inversiones multimillonarias, ayuda exterior y subvenciones a tantos países como pudo.10 Entre 1999 y 2007, se calcula que los compromisos exteriores de Venezuela ascendieron a unos 47 mil millones de dólares, de los cuales 17 mil millones se pueden considerar como financiamiento destinado al desarrollo. En lo que un observador calificó de “diplomacia basada en el poder social”,11 Chávez aprovechó la política social y la utilizó como principal herramienta de política exterior del país, lo que permitió a su ideología política, el chavismo, trascender las fronteras nacionales y cautivar a audiencias extranjeras y líderes políticos de todo el continente americano e incluso más allá.12

Un sello ideológico distintivo fue la creación de organizaciones regionales destinadas a reducir la influencia de Estados Unidos y a ofrecer un contrapeso a entidades lideradas por Washington como la Organización de Estados Americanos. La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, fundada conjuntamente por Cuba y Venezuela en 2004, y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) son dos ejemplos clave. Del mismo modo, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), otra iniciativa encabezada por Venezuela e integrada por los miembros de la Organización de Estados Americanos excepto Canadá y Estados Unidos, se convirtió en una plataforma privilegiada para la participación regional de Pekín con la creación del Foro China-CELAC en 2014.13

El impulso de la política exterior venezolana tenía el potencial de integrar una parte considerable de la región bajo un paraguas económico y político que excluía a Estados Unidos. Dados los efectos palpables que estaba teniendo en Latinoamérica, es fácil imaginar cómo las iniciativas internacionales de Chávez podrían haber sido percibidas en Beijing como una ventana de oportunidad para expandir la influencia de China en la región. Cuando se compara el comportamiento de China en Venezuela durante el Gobierno de Chávez con su comportamiento en el resto de la región, y se tiene en cuenta el flujo de visitas bilaterales de alto nivel y los préstamos multimillonarios, la nación de que el interés de Pekín en Venezuela se debía simplemente al acceso a las reservas de petróleo del país parece insuficiente. En pocas palabras, solo cuando el liderazgo regional y la proyección internacional de Venezuela se enmarcan en torno a los intereses de China de ampliar su alcance económico y político en Latinoamérica, empiezan a tener sentido los excepcionales lazos que han surgido entre Caracas y Pekín.

Solo cuando el liderazgo regional y la proyección internacional de Venezuela se enmarcan en torno a los intereses de China de ampliar su alcance económico y político en Latinoamérica, empiezan a tener sentido los excepcionales lazos que han surgido entre Caracas y Pekín.

China

El ascenso de Hugo Chávez en Venezuela coincidió con la creciente integración de China a las cadenas de producción y los vínculos comerciales mundiales, para lo cual fue fundamental su ingreso a la Organización Mundial del Comercio en 2001. A principios de ese año, el entonces presidente Jiang Zemin realizó una gira por Latinoamérica en la que encontró audiencias cautivas y deseosas de responder a las propuestas de Pekín. Mientras China buscaba diversificar sus fuentes de energía y ampliar su influencia global, Venezuela se perfilaba como una contraparte natural en ambos aspectos, y como un país especialmente interesado en monetizar sus reservas de petróleo en el futuro y en afiliarse con un competidor de Estados Unidos.14 Casualmente, mientras los precios mundiales del petróleo alcanzaban un máximo sin precedentes en 2008 como consecuencia del aumento de la demanda frente al estancamiento de la producción mundial, la preocupación de China por su propia seguridad energética impulsó a sus empresas estatales a participar activamente en la extracción de petróleo, así como de minerales, en otros países de Latinoamérica. La mayor parte de este impulso exterior en pro de la seguridad energética fue financiada por los dos principales bancos de política de China: El Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportación e Importación de China.

Académicos chinos coinciden en que el principal interés era adquirir experiencia de primera mano en el entorno latinoamericano, y que los intereses geoestratégicos o políticos no fueron los principales impulsores de esta incipiente relación.15 Por el contrario, en numerosos actos públicos se evidencia que los líderes políticos y empresariales chinos se esforzaban por evitar un lenguaje que hiciera referencia al socialismo, al anticapitalismo o a la revolución, y mucho menos a Mao Zedong.16

En noviembre de 2007 se firmó oficialmente el acuerdo del Fondo de Financiamiento Conjunto Chino-Venezolano, con una inversión conjunta de 6 mil millones de dólares.17 En los años siguientes se prorrogó la financiación, de modo que el tamaño del fondo se mantuvo en 5 mil millones de dólares. En agosto de 2010, Venezuela y el Banco de Desarrollo de China firmaron el Acuerdo Marco de Cooperación de Financiación a Largo Plazo Chino-Venezolano, con un valor contractual de 10 mil millones de dólares, o 70 mil millones de yuanes, y un plazo de préstamo de 10 años. Las empresas petroleras venezolanas utilizaron las exportaciones de petróleo a China como principal fuente de fondos para pagar el préstamo, y siguieron aumentando las exportaciones de petróleo a China. El volumen de exportación aumentó durante los años siguientes de 100 mil barriles diarios en 2007 a 500 mil barriles diarios en 2017, con una porción indeterminada de los ingresos procedentes de las exportaciones de petróleo a China utilizada para el pago de los préstamos.

Durante el mismo periodo, las relaciones económicas y comerciales entre los dos países se desarrollaron con rapidez, y un gran número de empresas chinas entraron al mercado venezolano bajo el marco general de los fondos conjuntos sino-venezolanos. China Railway Corporation Ltd., CAMCE Engineering Company, CITIC Construction, China Hydropower y otras grandes empresas estatales chinas, fueron apoyadas e involucradas por el Fondo Conjunto y el Marco de Cooperación Bilateral de Financiación a Largo Plazo en docenas de proyectos en Venezuela respaldados por más de 500 acuerdos bilaterales.18 Las inversiones se concentraron en los sectores de la energía y el transporte, así como en la industria manufacturera, la agricultura, la construcción de viviendas y el desarrollo de infraestructura. El mayor proyecto individual tuvo un volumen de financiación de 7.500 millones de dólares, desembolsados a través del acuerdo marco conjunto.19 Sin embargo, cabe señalar que la mayoría de las inversiones procedieron de los fondos conjuntos, no de la inversión extranjera directa de China. De hecho, la inversión extranjera directa de China en Venezuela fue bastante limitada, y solo llegó a los 3 mil millones de dólares entre 2004 y 2019.20

Desde una perspectiva geopolítica, y a pesar de las coincidencias de intereses comerciales y de los cuantiosos préstamos, existen abundantes pruebas de que el Gobierno chino… no deseaba que sus acciones se interpretaran como que China estaba plantando una bandera en una zona de influencia de Washington.

Desde una perspectiva geopolítica, y a pesar de las coincidencias de intereses comerciales y de los cuantiosos préstamos, existen abundantes pruebas de que el Gobierno chino, bajo Hu Jintao y Wen Jiabao (2003-2012), no deseaba que sus acciones se interpretaran como que China estaba plantando una bandera en una zona de influencia de Washington. Aunque China percibió los potenciales beneficios de su apoyo a la economía venezolana en un momento de transformación nacional y del deseo de Chávez de convertirse en un destacado actor regional, las declaraciones oficiales siempre se mantuvieron al margen de reafirmar el entusiasta respaldo del líder venezolano al “camino socialista” de China, como también guardaron silencio ante las diatribas de Chávez contra el “imperialismo” estadounidense. Las sucesivas ediciones de la anual Guía sobre la cooperación en inversiones extranjeras en Venezuela del Ministerio de Comercio de China destacan tanto las oportunidades de inversión como los riesgos políticos y de seguridad para los inversionistas chinos. Las reuniones bilaterales de alto nivel fueron testimonio de una relación cordial y animada, en la que ambas partes subrayan sus objetivos comunes de “intensificar la cooperación sustantiva y buscar el desarrollo y la prosperidad comunes”.21 Sin embargo, los representantes chinos asiduamente evitaban o restaban importancia a los matices ideológicos, y señalaban que si bien Venezuela representaba una oportunidad para hacer incursiones significativas en Sudamérica, esta no iba a poner en peligro la relación mucho más importante con Estados Unidos. La dirigencia china es plenamente consciente de que en Estados Unidos prevalecen muchos malentendidos estratégicos, donde la cooperación energética de China con “países problemáticos” como Myanmar, Venezuela y Sudán se entiende como “irresponsable”, o como un “apoyo a comportamientos antiestadounidenses”.22

Tras la muerte de Chávez en 2013 y la caída de Venezuela en crisis y caos social, China llegó a la conclusión de que pocos, si es que alguno, de los beneficios prometidos de la relación se habían materializado.23 Más bien, como ha señalado Matt Ferchen, “los intereses económicos y geoestratégicos de China en Venezuela, y potencialmente su reputación entre los vecinos de Venezuela, se han visto amenazados.”24 Las empresas estatales chinas redujeron su personal en el país a una décima parte de los niveles anteriores, y tuvieron dificultades para explicar las enormes pérdidas con poco que mostrar por los gastos.25 Analistas como Stephen Kaplan han interpretado el enfoque paciente de China ante el declive de Venezuela como una prueba del “capital paciente” de Pekín, que prioriza los objetivos a largo plazo sobre los riesgos a corto plazo.26 Sin embargo, Kaplan también reconoce que, contrariamente a la idea de una diplomacia basada en la “trampa de la deuda” que pregonan los líderes norteamericanos, China se encuentra de hecho atrapada en una “trampa acreedora” en Venezuela.27 Otros expertos han visto esto como una señal de la creciente conciencia del riesgo político entre los estrategas chinos.28

China afronta retos en Venezuela

Cronología de los principales acontecimientos

2013-2018: Las relaciones entre China y Venezuela se deterioran

En 2014, durante la primera visita oficial de Xi Jinping a Venezuela como jefe de Estado, la relación sino-venezolana fue elevada a “Asociación Estratégica Integral”, la segunda categoría más alta que China asigna a sus relaciones bilaterales.29 No obstante, las relaciones sino-venezolanas empezaron a mostrar grietas tan pronto Hugo Chávez falleció a principios de 2013.

En julio de 2013, Diosdado Cabello, entonces vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y presidente de la Asamblea Nacional, viajó a China en una gira de cinco días. Según un antiguo alto funcionario del círculo íntimo de Chávez, la visita de Cabello fue solicitada formalmente por los dirigentes chinos para hablar acerca de la falta de resultados y las irregularidades en torno a los multimillonarios fondos conjuntos sino-venezolanos.30 Dos años antes, Zhang Ping, presidente del capítulo chino de la Comisión Mixta de Alto Nivel Chino-Venezolana, había expresado su preocupación a la entonces embajadora venezolana en China, Rosio Maneiro, por la falta de coordinación y de información precisa sobre el destino de los fondos.31 Con Chávez fuera del panorama, dado su papel sobredimensionado en la profundización de las relaciones sino-venezolanas, la convocatoria de Cabello a Pekín puede interpretarse como una señal de gran preocupación por parte de los dirigentes chinos sobre el mal uso de los fondos conjuntos y las relaciones sino-venezolanas en general.

Así mismo —en lo que se puede leer como la reacción del Gobierno venezolano ante las reclamaciones del Gobierno chino— mientras Cabello realizaba reuniones en Pekín, el presidente Maduro denunció en televisión nacional la malversación de 84 millones de dólares de los fondos conjuntos. El escándalo se enmarcó en una campaña anticorrupción del Gobierno venezolano.32

Otra clara señal de preocupación se produjo en 2016, poco después de que se celebraran elecciones legislativas en Venezuela. En ese momento, muchas empresas chinas estaban trasladando a sus empleados a países vecinos como Colombia y Panamá por su seguridad personal y porque muchos proyectos dirigidos por China se habían paralizado33. Por primera vez en 16 años, a la oposición del país le fue bien en las elecciones y obtuvo la mayoría en el poder legislativo, lo que le permitió supervisar los presupuestos nacionales, incluyendo los fondos conjuntos sino-venezolanos. En junio de ese mismo año, Julio Borges, coordinador de la facción opositora y diputado a la Asamblea Nacional, junto con un grupo de otros legisladores, fue invitado a China por la Asociación China para el Entendimiento Internacional (CAFIU por sus siglas en inglés), una organización de fachada del Departamento de Enlace Internacional del Partido Comunista de China. A diferencia de la habitual y jactanciosa cobertura oficial de los compromisos bilaterales de alto nivel, la visita no fue mencionada por el Ministerio de Asuntos Exteriores chino ni por los medios de comunicación estatales: algo inaudito en el contexto de los lazos entre China y Venezuela. La coordinación de la invitación a través de la CAFIU fue un intento de las autoridades chinas de restar importancia a la invitación y limitar la cobertura oficial en China.

Según un alto funcionario venezolano que participó en las conversaciones, si bien las reuniones fueron fructíferas y se llevaron a cabo de manera cordial, la verdadera razón detrás de la invitación era permitirles a los funcionarios chinos evaluar el nuevo liderazgo venezolano en la legislatura, así como asegurarse de que los tratados bilaterales no se estuviesen reconsiderando y los compromisos de deuda se fuesen a honrar. En una entrevista, el funcionario expresó lo siguiente:

[La invitación llegó] a través de una ONG, así que no fue una visita gubernamental, pero todo el trato fue de muy alto nivel… fue casi como de jefe de Estado, sinceramente fue muy impresionante… Lo curioso es que ellos no querían que el Gobierno de Maduro supiera que [estábamos] allá, pero la información se filtró y eso causó un problema grave, los chinos estaban todos preocupados. [Las reuniones fueron con] empresas petroleras, la Cancillería, el partido… El objetivo de la visita para mi fue muy claro: querían construir una relación de confianza… Lo que querían también era, frente a un cambio político en Venezuela, tratar de tener una buena relación con la oposición y, un tema que parece importante… en las reuniones no se referían bien a Maduro, se referían insistentemente a la mala ejecución de los proyectos, al problema de la corrupción, a los problemas que había causado el régimen de Maduro… un proceso en el que el nombre y la marca de China habían quedado manchados por la falta de ejecución y la corrupción…. Venezuela, China y corrupción eran lo mismo, y eso les molestaba profundamente… Había [también] un mensaje velado… de que en países en los que se habían dado cambios políticos, [en los que el nuevo liderazgo] había tratado de desligarse en el cambio político [de] la relación con China, ellos habían tomado algún tipo de medidas y represalias. En otras palabras, el mensaje era: si hay un cambio político en Venezuela, queremos seguir siendo jugadores, y si nos sacan lo van a sentir.34

Los comentarios del funcionario destacan la profunda preocupación de Pekín por lo bajo que habían caído las relaciones entre China y Venezuela. Motivos sólidos para el sentido de alarma existían. Por un lado, un gran porcentaje de los proyectos financiados por los fondos conjuntos estaban plagados de irregularidades y corrupción o nunca se completaron.35 Por otro lado, la crisis económica y política del país se intensificaba rápidamente, y los venezolanos abandonaban el país en masa.36 La situación económica y de seguridad en toda la sociedad empeoró, exacerbada por las progresivas sanciones impuestas por Estados Unidos contra el Gobierno de Maduro.37 Debido a la gran presencia financiera de China en el país, y del hecho de que Venezuela era un proponente clave de la Iniciativa la Franja y la Ruta en Latinoamérica, la RPCh corría el riesgo de ser asociada con el colapso económico del país. Además, la producción de petróleo, el único medio de Venezuela para cumplir sus compromisos de deuda con China, se había desplomado a mínimos históricos.38

Algunas voces procedentes de la comunidad empresarial china subrayan las preocupaciones económicas que aumentaron la presión sobre los diplomáticos y tomadores de decisiones en China. Algunos incluso llegaron a sostener que:

China ignora el entorno de inversión del prestamista y los posibles riesgos de devolución del préstamo cuando presta e invierte grandes cantidades en Venezuela, [que es] un entorno inseguro. […] El modelo de cooperación “préstamos por petróleo” y los proyectos de inversión en Venezuela parecen haber caído en un atolladero.39

Frente a estas inquietudes y críticas, las preferencias políticas no desempeñaron ningún papel. Los ejecutivos chinos que habían sido trasladados de Venezuela a oficinas corporativas en Perú y Colombia eran unánimes en la creencia de que “tanto el actual partido gobernante en Venezuela como el partido de la oposición que pueda llegar al poder sopesarán las capacidades de China, la segunda mayor economía del mundo, y no ofenderán fácilmente a China, el mayor país inversionista, a menos que sea absolutamente necesario.”40

El desafío del Gobierno interino de Venezuela 

El 23 de enero de 2019, Juan Guaidó, entonces presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, fue instituido como presidente interino del país.41 En ese momento, muchos comentarios internacionales describieron a Guaidó como un presidente “autodeclarado” o “autoproclamado.”42 No obstante, existía una base constitucional sólida para su nombramiento,43 razón por la cual la mayoría de los países latinoamericanos lo reconocieron como el jefe de Estado de jure de Venezuela. Cuba, Nicaragua y Bolivia criticaron la medida y siguieron apoyando a Nicolás Maduro, mientras que México y algunos Estados caribeños optaron por la neutralidad. A nivel internacional, Estados Unidos fue el principal partidario de Guaidó, y Rusia su principal detractor.44

La primera reacción de Pekín a la presidencia interina se produjo el 25 de enero con una declaración de la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hua Chunying: “Los asuntos venezolanos solo deben y pueden ser elegidos y decididos por el propio pueblo venezolano, y China se opone a la intervención externa en los asuntos venezolanos”.45 Durante la rueda de prensa, no hubo apoyo explícito a Maduro, y se hizo un llamamiento a la negociación a “todas las partes implicadas”. Un día después, el 26 de enero, en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU solicitada por Estados Unidos, el representante de China, Ma Zhaoxu, empleó el mismo tono al pedir a “todas las partes que mantengan la racionalidad y la calma, teniendo en cuenta los intereses fundamentales del pueblo de Venezuela”46.

La prudencia de Pekín ante las cámaras también se evidenciaba a puertas cerradas. Según una fuente anónima que en aquel momento estaba en contacto con la embajada de la RPCh en Caracas, justo después de que Guaidó irrumpió en escena, muchas empresas estatales chinas que operaban en Venezuela interrumpieron temporalmente sus actividades o las redujeron al mínimo.47 Esto no habría sido posible sin una orden directa de Pekín, un claro indicio de que las autoridades chinas querían actuar con cautela y evaluar cuidadosamente la situación. Mientras tanto, la embajada de la RPCh en Caracas trataba de encontrar la manera de hacer frente a la situación, y solicitaba la asesoría de Pekín día y noche.48

Pekín era muy consciente de que la inestabilidad en Venezuela tenía repercusiones regionales, ya que recibió llamadas abiertas de toda Sudamérica sobre la necesidad de una transición política pacífica en Venezuela. En julio de 2019, durante una reunión en Santiago de Chile entre el presidente Sebastián Piñera y el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, Piñera expresó su preocupación por el impacto regional de la crisis venezolana y solicitó la colaboración de China en la búsqueda de una solución.49 El mismo mensaje fue transmitido por el presidente de Colombia, Iván Duque, a Xi Jinping durante una visita de Estado a Pekín ese mismo mes.50

Estos mensajes no fueron ignorados: en junio de 2019, Xi Jinping expresó su voluntad de desempeñar un “papel constructivo” en la resolución de la crisis venezolana.51 En una manifestación de alarma, Pekín trató de llevar a cabo algunas investigaciones por su cuenta. En los meses que siguieron a la instauración del Gobierno interino, una delegación china de alto nivel fue enviada a Sudamérica con el único propósito de recoger perspectivas regionales sobre la lucha de poder en Venezuela. Parsifal D’Sola (uno de los coautores de este artículo), asesor en política exterior china para el Gobierno interino en ese momento, se enteró de la gira a través de las contrapartes chilenas que se reunieron con la delegación china en Santiago en agosto de 2019.52 En conversaciones con D’Sola, los representantes chilenos enfatizaron que la delegación china sin duda tomó nota de todos sus argumentos relacionados con las consecuencias negativas de las políticas económicas de Maduro y su impacto en la región. Los chinos estaban muy al tanto y preocupados por el éxodo masivo que salía de Venezuela, y hacían hincapié en que cualquier tipo de intervención militar extranjera (una referencia implícita a Estados Unidos) solo aumentaría dichos flujos de salida y tendría consecuencias catastróficas para la región.

Cabe señalar que, aunque los miembros de la delegación china transmitieron la voluntad de su país de apoyar un diálogo para una resolución pacífica en Venezuela, cuando se les preguntó por una posible coordinación entre China y la Unión Europea, o por el apoyo a los esfuerzos de mediación que se realizaban en Noruega, esquivaron la pregunta. En general, la delegación china se ciñó a su principio de no intervención: “Este es un problema que deben resolver los venezolanos”, “cualquier tipo de mediación debe incluir a ambas partes” (refiriéndose a Maduro y Guaidó), “nos oponemos vehementemente a la intervención militar extranjera” y “los esfuerzos externos solo pueden ser auxiliares”. La delegación china también se reunió con funcionarios gubernamentales de Brasil y Argentina para intercambiar puntos de vista sobre Venezuela.

Mientras tanto, el Gobierno interino se esforzaba por transmitir su mensaje a Pekín. En artículos publicados en Bloomberg53 y el South China Morning Post,54 Juan Guaidó argumentó “por qué China debería cambiar de bando en Venezuela”, haciendo hincapié en que Nicolás Maduro había dilapidado los fondos y la confianza que China había depositado en su administración, y en que China no solo podía ayudar a facilitar una transición política, sino también contribuir a la reconstrucción del país. Julio Borges, entonces ministro de Relaciones Exteriores de Guaidó, hizo declaraciones similares.55

Así mismo, en agosto de 2019 se creó un grupo de trabajo sobre China con el fin de establecer un canal de comunicación extraoficial con Pekín.56 Todos los intentos iniciales se basaron en los gobiernos latinoamericanos que reconocieron a Guaidó. Si bien hubo un esfuerzo concertado por triangular mensajes a través de cancillerías, organismos multilaterales y embajadas, la mayoría de ellos fueron bloqueados o ignorados por las contrapartes chinas basadas en Latinoamérica. Un buen ejemplo tuvo lugar poco antes de la Cumbre BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) celebrada en Brasilia en noviembre de 2019, cuando se hicieron intentos a través de diplomáticos brasileños para utilizar la cumbre como fachada para una reunión de alto nivel a puerta cerrada, pero todos fueron rechazados tajantemente. Finalmente, se estableció un canal extraoficial a través de una figura empresarial cercana a miembros del Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista de China, pero fue de corta duración.

Entre tanto, ambas partes intercambiaron puntos de vista sobre la evolución de la lucha política en Caracas. Por parte de Venezuela, el mensaje se centró en ofrecer garantías de que se pagaría la deuda y en apaciguar las preocupaciones chinas sobre una intervención militar en el país. Se enfatizó que ni el Gobierno interino ni ninguno de los gobiernos regionales que reconocieron a Guaidó apoyarían o estarían de acuerdo con una intervención militar en el país propiciada por Estados Unidos. Por parte de China, el mensaje se alineó con sus pronunciamientos públicos sobre la cuestión, donde expresaron su preocupación por los activos chinos en Venezuela, los efectos desestabilizadores de la crisis venezolana a nivel regional y la necesidad de llegar a una solución negociada entre todas las partes implicadas.

El canal terminó enfriándose porque los dirigentes chinos ya no consideraban que la autoridad de Maduro estuviera en peligro; por lo tanto, no había ningún valor añadido en continuar las conversaciones con una facción política que no ostentaba ningún poder real.

El canal indirecto entre el grupo de trabajo sobre China del Gobierno interino y sus homólogos de la RPCh solo duró tres meses. En opinión de D’Sola, el canal terminó enfriándose porque los dirigentes chinos ya no consideraban que la autoridad de Maduro estuviera en peligro; por lo tanto, no había ningún valor añadido en continuar las conversaciones con una facción política que no ostentaba ningún poder real. A pesar de todos los esfuerzos diplomáticos del Gobierno interino, tanto públicos como privados, incluso en el momento de mayor reconocimiento internacional, al final no consiguió establecer un canal de comunicación formal, y mucho menos obtener ningún tipo de reconocimiento internacional por parte de Pekín. Como afirma D’Sola, nunca hubo reuniones en persona ni comunicación directa entre los dirigentes chinos y los representantes del Gobierno interino. En general, esto subraya el inquebrantable reconocimiento de la RPCh al Gobierno de Maduro.

Lecciones de la respuesta de China ante los desafíos de Venezuela

Matt Ferchen, experto en la relación sino venezolana, ha señalado en repetidas ocasiones que el problema más preocupante era “la negativa de Pekín a reconocer el papel que sus préstamos y su apoyo diplomático habían desempeñado” en el naufragio en cámara lenta de la economía venezolana, y advirtió en 2019 que la experiencia encerraba “valiosas lecciones que sus responsables políticos, y sus socios internacionales, no deberían ignorar”.57 Venezuela no se derrumbó de la noche a la mañana. Las señales de erosión institucional y malversación financiera estuvieron presentes desde el momento en que la RPCh decidió acercarse a Venezuela a finales de la década de 2000; señales que solo se intensificaron durante la década siguiente. 

Esto demuestra la predilección de China por las relaciones gobierno a gobierno y su indiferencia por la política nacional y el estado de derecho en las naciones en las que tiene intereses.

Por un lado, esto demuestra la predilección de China por las relaciones gobierno a gobierno y su indiferencia por la política nacional y el estado de derecho en las naciones en las que tiene intereses. Por otro lado, tanto con Chávez como con Maduro, Venezuela ha apoyado y facilitado activamente un mayor compromiso regional con China hasta la fecha. Arriesgar miles de millones de dólares en préstamos a un Estado petrolero, por muy corrupto e ineficiente que sea, ha valido la pena en cierta medida si se tiene en cuenta lo que China ha recibido en términos de expansión económica y apoyo político a sus iniciativas en Latinoamérica, incluyendo la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Además, Venezuela está en vías de pagar los préstamos, aunque con años de retraso y sin proyectos significativos completados. En general, las percepciones ofrecidas en este artículo sugieren que los dirigentes de Pekín han ido aprendiendo sobre la marcha y, tardíamente, han buscado información y solicitado discretamente asesoramiento para poder evaluar la situación de forma independiente y proteger sus intereses.

Una segunda lección es que Pekín es políticamente agnóstico. Un segmento de la BBC en febrero de 2019, poco después de la declaración de Juan Guaidó, discierne que el Gobierno chino había juzgado mal la situación en Venezuela, pero consideraba que “incluso si la oposición consigue hacerse con el poder, los dos países establecerán rápidamente una relación de cooperación porque es beneficioso para ambas partes.”58 La reacción de China tanto en 2015 como en 2019 —dos ocasiones en las que previó posibles cambios de liderazgo en Venezuela que podían afectar a sus intereses— fue acercarse a la oposición, no eludirla. Esto no se debe interpretar como que China cambió de bando o tuvo preferencia por un nuevo gobierno en Venezuela. Después de todo, la RPCh se mantuvo abiertamente crítica frente a las posiciones de Estados Unidos con respecto al Gobierno de Maduro, y también lo ayudó a eludir sanciones económicas,59 sin mencionar que tenía importantes razones para desconfiar de Guaidó dada su estrecha relación con la administración del entonces presidente estadounidense Donald Trump.60 No obstante, el manejo de ambos asuntos por parte de China apunta a una clara intención no ideológica: asegurar sus intereses económicos en Venezuela y evitar costos de reputación en Latinoamérica. En otras palabras, si se hubiera producido una transición política en Venezuela, lo más probable es que China se hubiera mostrado flexible y se hubiera adaptado a un nuevo gobierno en Caracas.

Por último, parece que, en el caso de Venezuela, ni la crónica crisis económica y social ni el agudo impasse político incitaron a los dirigentes chinos a involucrarse como mediadores o facilitadores del diálogo. Si se compara con los conocidos esfuerzos de mediación de la RPCh en África, Oriente Medio y el Sudeste Asiático, hay dos factores que diferencian el caso venezolano: (1) se trata de un país dentro de la esfera de influencia de Estados Unidos, y (2) Estados Unidos desempeñó un papel sobredimensionado a la hora de impulsar un cambio de régimen en 2019. Ambos factores probablemente influyeron en los cálculos de China y en si debía involucrarse, especialmente en un momento en que su propia relación con Estados Unidos estaba cargada de tensión. Aunque China argumentó públicamente a favor de mitigar las tensiones entre las partes contendientes, nunca ofreció ni apoyó activamente solución viable alguna. En la medida en que “aprender sobre Latinoamérica” era un objetivo importante, la lección ha sido una especie de bendición mixta. Aunque China amonestó o advirtió ocasionalmente a algunas partes interesadas y retuvo esporádicamente compromisos frente a los préstamos, al final del día, solo reconoció la administración de facto del país. Aceptó reaciamente hablar con ambas partes, pero no hizo ningún reconocimiento público de tales conversaciones, y no atendió la presión pública de los gobiernos extranjeros.

El proyecto en curso del Stimson Center sobre China pretende explorar las intenciones estratégicas y el comportamiento de China en términos de política exterior “para reducir la probabilidad de malentendidos, percepciones erróneas y errores de cálculo”. Las percepciones occidentales sobre los intereses de China se basan con frecuencia en malentendidos y en suposiciones interesadas que a menudo no reflejan con exactitud las realidades locales. Estas percepciones erróneas son especialmente perjudiciales para cualquier posible esfuerzo conjunto de mediación: una y otra vez, se puede ver que los líderes chinos responden de forma alérgica ante cualquier acusación de complicidad en crisis extranjeras y se muestran reacios a responder a las peticiones públicas de apoyo, y mucho menos a tomar partido, en situaciones de conflicto. Las pruebas del caso venezolano demuestran que los objetivos de China tienden a ser mucho más pragmáticos de lo que a los analistas occidentales les gusta suponer; ni son nefarios ni están directamente dirigidos a amenazar los intereses de terceros.

Ante el actual clima internacional de recelo y hostilidad exacerbados, hay pocas esperanzas de que se pueda instar a China desde el exterior a que participe en la negociación para la resolución de conflictos en el ámbito mundial.

Benjamin Creutzfeldt, PhD, está afiliado a la Universidad de Leipzig. 

Parsifal D’Sola Alvarado es el Director Ejecutivo de la Fundación Andrés Bello – Centro de Investigación Chino Latinoamericano

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  1. Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, se estima que 7,1 millones de venezolanos han abandonado su país, la gran mayoría entre 2015 y 2019. ACNUR, Agencia de la ONU para los Refugiados / EEUU, Emergencias, Situación de Venezuela, www.unhcr.org/venezuela-emergency.html, consultado el 17 de diciembre de 2022.
  2. Francisco Monaldi ha esbozado un posible giro de China con respecto a Venezuela: “China Can Help Save Venezuela. Here’s How”, Americas Quarterly, 15 de abril de 2019, www.americasquarterly.org/article/china-can-help-save-venezuela-heres-how/. Esto se produjo después de los primeros informes en febrero de encuentros secretos entre representantes chinos y venezolanos: Kejal Vyas, “China dialoga con la oposición de Venezuela para proteger inversiones”, 18 de febrero de 2019, www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=547463.
  3. Probablemente, el ejemplo más vívido de la postura antagónica y provocadora de Chávez hacia Estados Unidos sea su discurso de 2006 ante la ONU: Declaración de S. E. Hugo Chaves Frías, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, en la 61ª Asamblea General de las Naciones Unidas, Nueva York, 20 de septiembre de 2006, www.un.org/webcast/ga/61/pdfs/venezuela-e.pdf.
  4. Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Popular China, “中国同委内瑞拉的关系”
    [China’s Relations with Venezuela], www.fmprc.gov.cn/web/gjhdq_676201/gj_676203/nmz_680924/1206_681168/sbgx_681172/, consultado el 30 de octubre de 2022.
  5. Ministerio de Asuntos Exteriores, “China’s Relations with Venezuela”.
  6. Venezuela posee las mayores reservas naturales de petróleo de cualquier nación soberana, que constituyen casi el 20% de las reservas totales del mundo. Fue uno de los cinco miembros fundadores de la OPEP en 1960 y durante décadas fue el mayor productor de los Estados miembros de la OPEP, ligeramente por delante de Arabia Saudita. China, sin embargo, importa solo una fracción de su petróleo de Venezuela: el 4% en 2014 (Statista: “Breakdown of China’s crude oil imports in 2014”, www.statista.com/statistics/221765/chenese-oil-imports-by-country/, consultado el 15 de noviembre de 2022), suma que cayó a menos del 2% en 2020 (Statista: “Main suppliers of crude oil to China in 2020 and 2021”, www.statista.com/statistics/1310953/oil-imports-by-country-china/, consultado el 15 de noviembre de 2022).
  7. Los precios del crudo subieron de forma casi ininterrumpida durante un periodo de diez años, de 1998 a 2008, y se mantuvieron altos hasta 2014; cf. Macrotrends, “Crude Oil Prices – 70 Year Historical Chart”, www.macrotrends.net/1369/crude-oil-price-history-chart, consultado el 15 de diciembre de 2022.
  8. Carmen M. Reinhart y Miguel Angel Santos, “From Financial Repression to External Distress: The Case of Venezuela, Emerging Markets Finance and Trade”, 15 de julio de 2015, documento de trabajo 21333, National Bureau of Economic Research, www.nber.org/papers/w21333.
  9. Kevin P. Gallagher y Margaret Myers, China-Latin America Finance Database, Inter-American Dialogue, Washington, DC, 2022.
  10. En 2006, Hugo Chávez llegó a ofrecer petróleo con descuento a los barrios de bajos ingresos de Nueva York (una oferta que se ha interpretado como un acto de generosidad, una herramienta de propaganda, una respuesta rencorosa a las críticas del presidente estadounidense George W. Bush y una estrategia para debilitar a las compañías petroleras estadounidenses). Rebekah Kebede, “Venezuela Brings Free Heating Oil to Poor in NY,” Reuters, 14 de diciembre de 2007, www.reuters.com/article/citgo-energy-bronx-assistance-idUSN1425588920071214).
  11. Javier Corrales, “Using Social Power to Balance Soft Power: Venezuela’s Foreign Policy”, Washington Quarterly 32, no. 4 (2009): 97-114.
  12. Al destinar sumas cada vez mayores a programas sociales (https://rebelion.org/se-incrementa-financiamiento-de-pdvsa-a-programas-sociales/), el gobierno de Chávez se ganó el apoyo generalizado de las clases media y baja: “Subcomandante Marcos”, “Se incrementa financiamiento de PDVSA a programas sociales”, La Jornada, 26 de mayo de 2006. Sin embargo, la eficacia de este tipo de cambio social ha sido debatida, por ejemplo por Luis Pedro España, Más allá de la renta petrolera y su distribución: una política social alternativa para Venezuela, Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales, 10 de junio de 2006, https://library.fes.de/pdf-files/bueros/caracas/08804.pdf.
  13. Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Popular China, “论坛简介” [Breve introducción al Foro], 1 de marzo de 2018: www.chinacelacforum.org/ltjj/201803/t20180301_6284968.htm.
  14. Benjamin Creutzfeldt y Victor M. Mijares, “Cautious Engagement: Continuity and Change in the Relations between Xi Jinping’s China and Nicolás Maduro’s Venezuela”, en China and Latin America in the 21st Century, ed. Nele Noesselt (Marburg: Tectum, 2020), 107-132.
  15. Conversaciones con varios los académicos del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia China de Ciencias Sociales en Pekín, realizadas por Benjamin Creutzfeldt en persona y en línea entre 2018 y 2022.
  16. Ver, por ejemplo, uno de los muchos actos en los que Hugo Chávez hizo gala de su característica espectacularidad al hacer repetidas referencias a “la China socialista, la China solidaria” y “el camino socialista hacia una vida mejor”, pero no encontró eco en la respuesta de los ejecutivos chinos: “Intervención del Comandante Presidente Hugo Chávez durante reunión con delegación de la República Popular China,” Todo Chávez en la Web, 14 de marzo de 2011, http://todochavez.gob.ve/todochavez/340-intervencion-del-comandante-presidente-hugo-chavez-durante-reunion-con-delegacion-de-la-republica-popular-china.
  17. “Firma de acuerdos entre la República Popular China y la República Bolivariana de Venezuela”, Todo Chávez en la Web, 11 de junio de 2007, http://todochavez.gob.ve/todochavez/2185-firma-de-acuerdos-entre-la-republica-popular-china-y-la-republica-bolivariana-de-venezuela.
  18. Gustavo Ocando Alex, “Venezuela, la puerta giratoria de los negocios chinos en América Latina (1)”, La Fundación Andrés Bello – Centro de Investigación Chino, 3 de noviembre de 2020, https://fundacionandresbello.org/reportajes/venezuela-la-puerta-giratoria-de-los-negocios-chinos-en-america-latina-i/.
  19. Xie Shihong y Zheng Shujiu, “中国投资在委内瑞拉停摆:以石油换贷款,真的双赢吗?” [Chinese investment in Venezuela shut down: Is loans for oil really win-win?], 澎湃新闻 [The Paper], 12 de enero de 2017.
  20. Monitor de la OFDI de China en América Latina y el Caribe, Red Académica de América Latina y el Caribe sobre China, 2022, www.redalc-china.org/monitor/informacion-por-pais/busqueda-por-pais/37-venezuela.
  21. Ministerio de Asuntos Exteriores de la RPC, “Hu Jintao Holds Talks with Chavez”, 24 de septiembre de 2008, www.fmprc.gov.cn/mfa_eng/gjhdq_665435/3447_665449/3538_665158/3540_665162/200809/t20080926_596753.html.
  22. Niu Changzhen, “战略互信与中美关系” [Strategic mutual trust and China-US relations], 挑战与机遇:政治学与国际关系学术共同体 2010 年会论文集 [Challenges and opportunities: Proceedings of the 2010 Annual Meeting of the Academic Community of Political Science and International Relations] 2010, 483.
  23. Aníbal Pedrique, “La oficina más cara del mundo no lo parece,” Centro Latinoamericano de Investigación Periodística, 23 de febrero de 2021, www.elclip.org/la-oficina-publica-mas-cara-del-mundo-no-lo-parece/.
  24. Matt Ferchen, “China-Venezuela Relations in the Twenty-First Century: From Overconfidence to Uncertainty”, Informe especial, Instituto de la Paz de Estados Unidos, 29 de septiembre de 2020, 10.
  25. Xie y Zheng, Chinese investment in Venezuela shut down; Ifeng News, “中国在委内瑞拉投资打了水漂?大使说出真相” [Are Chinese investments in Venezuela a waste? Ambassador
    talks facts], entrevista, 15 de septiembre de 2019, https://news.ifeng.com/c/7pvwHef0HKK.
  26. Stephen B. Kaplan, “Banking Unconditionally: The Political Economy of Chinese Finance in Latin America”, Review of International Political Economy 23, no. 4 (2016): 643-76.
  27. Stephen B. Kaplan y Michael Penfold, 2019, “China-Venezuela Economic Relations: Hedging Venezuelan Bets with Chinese Characteristics”, 21st Century Diplomacy, www.wilsoncenter.org/microsite/5/node/82186.
  28. Matt Ferchen, “China-Venezuela Relations: A Perfect Storm”, Carnegie Endowment for International Peace, 24 de septiembre de 2018.
  29. Cf. Feng Zhongping y Huang Jing, “China’s Strategic Partnership Diplomacy: Engaging with a Changing World”, European Strategic Partnerships Observatory, Madrid, 2014.
  30. Entrevista con un alto funcionario venezolano anónimo realizada por Parsifal D’Sola el 26 de febrero de 2022. 
  31. Isabel Guerrero, “Las ‘damas chinas’ que desaparecieron del tablero”, Centro Latinoamericano de Investigación Periodística, 3 de abril de 2021, www.elclip.org/las-damas-chinas-que-desaparecieron-del-tablero/.
  32. “Nicolás Maduro anuncia detención de cinco personas por corrupción en fondo con China,” El Espectador, 8 de julio de 2013, www.elespectador.com/mundo/america/nicolas-maduro-anuncia-detencion-de-cinco-personas-por-corrupcion-en-fondo-con-china-article-432369/.
  33. Kejal Vyas, “China Rethinks Its Alliance With Reeling Venezuela”, Wall Street Journal, actualizado el 11 de septiembre de 2016, www.wsj.com/articles/china-rethinks-its-alliance-with-reeling-venezuela-1473628506?mod=e2tw.
  34. Entrevista con un alto funcionario venezolano anónimo realizada por Parsifal D’Sola el 1 de octubre de 2022. 
  35. “Negocios Chinos: Acuerdos que socavaron la democracia en Venezuela”, Transparencia Venezuela, agosto de 2020, https://transparenciave.org/project/informe-negocios-chinos/.
  36. Ángel Bermúdez, “Cómo impacta la crisis migratoria venezolana en la economía de otros países de América Latina”, BBC News Mundo, 29 de julio de 2019, www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-49119834.
  37. Los estudios sobre el efecto de las sanciones estadounidenses contra Venezuela desde 2014 incluyen: Mark Weisbrot y Jeffrey Sachs, “Economic Sanctions as Collective Punishment: The Case of Venezuela”, Center for Economic and Policy Research, 25 de abril de 2019, https://cepr.net/report/economic-sanctions-as-collective-punishment-the-case-of-venezuela/; Ippei Kato, “Venezuela: The Impact of US Sanctions”, United Nations Association of Australia, 1 de octubre de 2021, www.unaa.org.au/2021/10/01/us-sanctions-in-venezuela/.
  38. Rafael Ramírez, “El colapso de la industria petrolera venezolana”, Política Exterior, 19 de noviembre de 2021, www.politicaexterior.com/el-colapso-de-la-industria-petrolera-venezolana/.
  39. Xie y Zheng, Chinese investment in Venezuela shut down, 3.
  40. Benjamin Creutzfeldt realizó las entrevistas con empleados de nivel directivo de la industria china de servicios petroleros en Bogotá en mayo de 2016 y en Lima en abril de 2017. 
  41. Bárbara Horzella, “Venezuela: Proclamación de Juan Guaidó como Presidente encargado”, Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, mayo de 2019.
  42. “Juan Guaidó se autoproclama ‘presidente encargado’: qué países reconocen al presidente de la AN y cuáles se mantienen con Nicolás Maduro”, BBC News Mundo, 24 de enero de 2019, www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-46982431.
  43. “Juan Guaidó se autoproclama ‘presidente encargado’”.
  44. “Qué países han reconocido a Juan Guaidó y cuáles no como presidente interino de Venezuela”, El Mundo Madrid, 24 de enero de 2019, www.elmundo.es/internacional/2019/01/24/5c496cfdfc6c83b3358b469b.html.
  45. “中国外交部:委内瑞拉事务必须也只能由委人民自己选择决定” [Chinese Ministry of Foreign Affairs: Venezuelan affairs must and can only be decided by the Venezuelan people themselves], Xinmin Evening News, 26 de enero de 2019, https://baijiahao.baidu.com/s?id=1623687115009383853&wfr=spider&for=pc.
  46. Naciones Unidas, Cobertura de reuniones y comunicados de prensa, “With Venezuela Buckling under Severe Shortages, Security Council Emergency Session Calls for Political Solution to End Crisis, as Divisions Emerge over Path Forward”, 26 de enero de 2019, https://press.un.org/en/2019/sc13680.doc.htm.
  47. Entrevista con fuente anónima cercana a la Embajada de la RPC en Caracas realizada por Parsifal D’Sola el 23 de junio de 2019. 
  48. Stuart Lau, “Caught in the Middle of Venezuela’s Power Struggle, a Worried China Weighs Its Options”, South China Morning Post, 23 de febrero de 2019, www.scmp.com/news/china/diplomacy/article/2187031/caught-middle-venezuelas-power-struggle-worried-china-weighs.
  49. “Presidente Piñera pide colaboración a China para buscar solución en Venezuela”, La Tercera, 27 de julio de 2019, www.latercera.com/politica/noticia/pinera-pide-colaboracion-a-china-venezuela/756991/.
  50. “Colombia y China firmaron convenios y rechazaron intervención militar en Venezuela”, La República, 31 de julio de 2019, www.larepublica.co/economia/xi-jinping-e-ivan-duque-firmaron-15-convenios-binacionales-en-visita-de-estado-2891383.
  51. “Xi Says China Will Play ‘Constructive Role’ on Venezuela”, Reuters, 4 de junio de 2019, www.reuters.com/article/us-venezuela-politics-china/xi-says-china-will-play-constructive-role-on-venezuela-idUSKCN1T606W.
  52. Reunión en persona entre Parsifal D’Sola y un diplomático chileno de alto nivel, octubre 2019. 
  53. Juan Guaidó, “Why China Should Switch Sides in Venezuela”, Bloomberg, 1 de abril de 2019, www.bloomberg.com/opinion/articles/2019-04-14/why-china-should-shift-support-to-guaido-in-venezuela?leadSource=uverify%20wall.
  54. Stuart Lau, “Transcript: Juan Guaido on Venezuela’s Ties with China,” South China Morning Post, 2 de febrero de 2019, www.scmp.com/news/china/diplomacy/article/2184804/transcript-juan-guaido-venezuelas-ties-china.
  55. “Borges advierte a China que la dictadura de Maduro no cumplirá sus compromisos de deuda”, República Bolivariana de Venezuela Asamblea Nacional, Centro de Comunicación Nacional, 5 de octubre de 2019, https://presidenciave.com/presidencia/borges-advierte-a-china-que-la-dictadura-de-maduro-no-cumplira-sus-compromisos-de-deuda/.
  56. Parsifal D’Sola era asesor y miembro del grupo. 
  57. Matt Ferchen, “Venezuela and China: A Perfect Storm”, The Diplomat, 6 de febrero de 2019, www.opendemocracy.net/en/democraciaabierta/venezuela-and-china-perfect-storm/.
  58. “委内瑞拉乱局:欧美全面承认瓜伊多最大债主中国的误判受考验” [Chaos in Venezuela: Europe and the United States fully
    recognize Guaidó; Misjudgment by China the largest creditor is tested], BBC Chinese, 4 de febrero de 2019: www.bbc.com/zhongwen/simp/world-47125302.
  59. Lucia Kassai, “Doctored and Rebranded Oil Blacklisted by U.S. Winds Up in China”, Bloomberg, 21 de enero de 2021, www.bloomberg.com/news/articles/2021-01-22/china-imports-oil-doctored-to-skirt-u-s-sanctions-on-venezuela?leadSource=uverify%20wall.
  60. “Venezuela’s Juan Guaidó Cheered at US Congress Speech”, BBC News, 5 de febrero de 2020, www.bbc.com/news/av/51384726.
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