Mafias chinas en Brasil: un problema de seguridad
Foto: Wikimedia Commons.
La mafia china en São Paulo, Brasil, ha operado en la ciudad por más de una década. En sus inicios, obtenía ingresos principalmente a través del secuestro de individuos y la extorsión a sus familias. Un claro ejemplo de ello son los casos de Xin Mo, un joven chino de 19 años secuestrado en la calle Barão Ladrão, quien fue sometido a violencia mientras su familia pagaba 300.000 reales por su liberación; y el de Yi Chen, un comerciante secuestrado en diciembre de 2024, por quien sus captores exigieron 20.000 reales y mercancías, amenazando con quitarle la vida si no se efectuaba el pago.
No obstante, recientemente, esta organización criminal ha diversificado sus actividades delictivas más allá del secuestro y la extorsión, expandiendo sus fuentes de ingresos mediante la venta de estupefacientes, el tráfico de armas y el hurto. Como resultado, ha logrado infiltrarse en barrios previamente ajenos a altos índices de criminalidad.
Por otra parte, se ha informado que la mafia china en São Paulo mantiene vínculos con la organización criminal brasileña Primer Comando de la Capital (PCC) y con fintechs de Faria Lima. Asimismo, se relaciona con comerciantes chinos de la ciudad para el lavado de dinero y utiliza sus instalaciones como fachadas para usarlas como campos clandestinos de polígono.
También se menciona el caso de Bo Lin, delincuente condenado a más de 140 años de prisión por diversos delitos en el país, incluido el secuestro de Xin Mo. Lin, era miembro de la mafia Bitong, un grupo liderado por el ciudadano chino Liu Bitong, quien inició las acciones de extorsión y secuestro contra empresarios grandes, medianos y pequeños, en su mayoría de nacionalidad china. Cabe resaltar que Liu Bitong fue capturado por las autoridades brasileñas y condenado por su historial criminal.
Según el informe de Metrópoles, el fiscal Carlos Henrique Prestes, encargado de investigar esta mafia, señaló que el grupo Bitong es una facción de la mafia china originaria de la provincia de Fujian. Sus miembros, al ser perseguidos por las autoridades chinas, emigraron a América Latina, estableciéndose en países como Argentina y Brasil para evadir la captura y continuar con sus actividades delictivas.
A pesar de la creciente incidencia de estos crímenes, muchas víctimas chinas en São Paulo evitan denunciarlos, lo que dificulta la actuación de las autoridades y del sistema judicial. Ante esta situación, el consulado chino de esta ciudad ha instado a sus connacionales a presentar denuncias para permitir una respuesta más efectiva.Finalmente, el informe de Metrópoles subraya que la justicia brasileña enfrenta dificultades para manejar adecuadamente los casos penales de ciudadanos chinos debido a la barrera del idioma y la escasez de traductores oficiales. Sin embargo, a pesar de estos obstáculos, cinco ciudadanos chinos procesados recientemente fueron condenados a 11 años de prisión por los delitos de extorsión y secuestro de una empresaria china, sumándose a los 27 ciudadanos chinos actualmente privados de la libertad en la penitenciaría de Itaí.
Nota principal:
Máfia chinesa expande atuação em SP, com extorsões, tráfico e arsenal – Metropoles
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