Un futuro que liga a Perú con China: el megapuerto en Chancay
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El Terminal Portuario Multipropósito de Chancay es uno de los proyectos de infraestructura más estratégicos en Perú, con una inversión de 3.600 millones de dólares, donde la empresa china COSCO posee el 60% y la minera peruana Volcan el 40%.
El puerto, con 15 muelles capaces de recibir los mayores portacontenedores del mundo, promete posicionarse como un “hub” comercial clave en el Pacífico para el comercio entre China y Sudamérica, reduciendo en 10 días el tránsito de carga hacia Asia. Además, se espera que Chancay cree miles de empleos e impulse la economía peruana, atrayendo una considerable parte del comercio marítimo regional.
Sin embargo, el proyecto ha generado fuertes críticas y oposición local debido a sus impactos sociales y ambientales. Los residentes de Chancay han reportado daños estructurales en sus viviendas por las explosiones de dinamita utilizadas en la construcción del puerto, y el sustento de 3.000 pescadores está en riesgo por la contaminación y el tráfico marítimo.
Las organizaciones no gubernamentales locales han advertido que la pesca artesanal podría desaparecer. Además, los habitantes han denunciado falta de transparencia en la información y el proceso administrativo, lo que ha intensificado las tensiones.
Más allá de los efectos económicos, el puerto de Chancay plantea implicaciones geopolíticas que han pasado desapercibidas en el debate nacional. Existen preocupaciones de que el puerto, construido por una empresa estatal china, pueda tener un uso dual: comercial y militar. China ya ha establecido precedentes con puertos de “doble uso” en otros países, lo que sugiere que el puerto de Chancay podría convertirse en una infraestructura estratégica para apoyar la expansión militar china en el Pacífico. La relación estrecha entre COSCO y el Partido Comunista Chino refuerza esta posibilidad.
A pesar de las preocupaciones, en Perú el debate sobre Chancay se ha centrado mayormente en sus beneficios económicos, sin dar el debido énfasis a sus riesgos geopolíticos y ambientales. La creciente influencia de China en la economía peruana y el control de infraestructuras clave, como el puerto de Chancay, plantea interrogantes sobre la capacidad de Perú para resistir presiones externas en el futuro.
A medida que avanza el proyecto, las repercusiones a largo plazo sobre la soberanía y la seguridad nacional merecen mayor atención tanto de las autoridades como de la opinión pública.
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Un futuro ligado a China: el megapuerto peruano de Chancay – CADAL.