Foto: La presidenta del Perú, Dina Boluarte, con el presidente chino Xi Jinping. Fuente: Presidencia del Perú
El presidente chino Xi Jinping fue una de las figuras centrales de la reciente cumbre del Foro de Cooperación Asia Pacífico (APEC) celebrada en San Francisco la semana pasada, durante la cual mantuvo un mediático encuentro con el presidente estadounidense Joe Biden, en la que ambos países acordaron reanudar conversaciones militares.
No obstante, Xi aprovechó el espacio para también reunirse con algunos de sus homólogos latinoamericanos presentes en la cumbre para fomentar la agenda política y económica de China en la región.
Xi se reunió con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador –más bien conocido por sus siglas como AMLO – en el que fue el primer encuentro entre ambos líderes. Durante la reunión, Xi felicitó a AMLO por los “importantes resultados” que se han visto en materia de desarrollo en México, y aseguró que la relación entre ambos países llegaría a “un nuevo nivel”.
Los líderes también hablaron sobre la cooperación estratégica en ámbitos de infraestructura, finanzas y vehículos eléctricos – temas en los que ambos países ya comparten un historial de colaboración. AMLO también invitó a Xi a conocer el Plan Sonora, un proyecto que busca fomentar la exportación de energía solar y el desarrollo sostenible en la provincia mexicana de Sonora, y el llamado Corredor Interamericano, una propuesta mexicana para suplantar al Canal de Panamá. A día de hoy, China es el segundo socio comercial de México por detrás de los EE.UU.
Además, Xi prometió ayudar a México a hacerle frente a la crisis de fentanilo, y expresó su voluntad de ayudar al país a recuperarse de los daños causados por el reciente huracán Otis, que azotó la costa costera de Acapulco a principios de mes.
El presidente mexicano, por su parte, confirmó la disposición de México para facilitar la continuación de inversión de empresas privadas chinas en el país.
Al concluir el encuentro bilateral, AMLO invitó a su homólogo chino a realizar una visita de estado a México, la cual sería la primera del mandatario chino a México en una década.
Los comunicados oficiales presentados por ambas partes tras el encuentro bilateral resaltaron sus culturas milenarias y similitudes, pero carecían de detalles sustanciales – hecho que no es de sorprender ya que ambos gobiernos ejercen cierto grado de control sobre la narrativa de sus líderes y mantienen distancia con los medios críticos.
La visita de Xi, con una extensa delegación, contrastó con la austeridad de AMLO, que fue acompañado en el encuentro por los secretarios de Defensa y Marina, las ministras de Economía y Seguridad y la Canciller – esta última llegó tarde al encuentro.
Además del encuentro con AMLO, Xi también se reunió con la presidenta peruana Dina Boluarte. Según un comunicado oficial compartido por el medio chino Xinhua, Xi expresó su voluntad para que las dos naciones “sincronicen sus estrategias de desarrollo y fortalezcan su cooperación en áreas tradicionales como la economía, el comercio, la energía y los recursos minerales».
Cómo AMLO, la presidenta de Perú, que será el país anfitrión para la siguiente cumbre de la APEC en 2024, también utilizó el encuentro bilateral para invitar a Xi al país en una visita oficial de estado. Boluarte aprovechó la reunión para también destacar la inauguración el próximo noviembre de la primera etapa del megapuerto de Chancay, un proyecto llevado a cabo por la empresa china Cosco Shipping.
A diferencia de México, y algunos otros países latinoamericanos, China ya es el principal socio económico del país andino.
El único otro representante latinoamericano en la cumbre de la APEC fue el presidente chileno Gabriel Boric, sin embargo el mandatario chileno no sostuvo ningún encuentro bilateral con Xi Jinping durante su estadía en San Francisco.
Según la Presidencia de Chile, Boric se reunió con el presidente canadiense Justin Trudeau y sostuvo encuentros con representantes de la comunidad chilena en EE.UU, pero no se reunió con la delegación china como hicieron sus homólogos de México y Perú.
Las reuniones entre Xi y los líderes de algunos de los países latinoamericanos más cercanos a Pekín resalta el poder geopolítico y económico que tiene China en la región, y destaca también la voluntad de países latinos en diversificar sus lazos políticos en busca de nuevo apoyo político, económico, y estructural.
A lo largo de los últimos años, se ha visto un estrechamiento regional entre Latinoamérica y China, y el comercio entre ambas regiones llegó a niveles récord en 2022, retando así la antigua hegemonía estadounidense como principal fuerza e influencia política en la región. El año pasado, las exportaciones de la región hacia China llegaron a los 184.000 millones de dólares, y la importaciones a 265.000 millones de dólares, según datos del Centro de Política de Desarrollo Global de la Universidad de Boston.