Tras salida de la empresa Chevron, Venezuela busca alianzas con China y Turquía
Foto: Ministerio del Poder Popular de Hidrocarburos.
Tras la salida de la empresa estadounidense Chevron de Venezuela, el mandatario de esta nación, Nicolás Maduro, anunció el inicio del Plan de Independencia Productiva Absoluta, cuyo propósito es subsanar la falta de ingresos que podría generar la reciente retirada de esta empresa petrolera. Este plan ya ha sido utilizado anteriormente en Venezuela para mitigar los impactos negativos que suelen derivarse de las sanciones internacionales.
Actualmente, la producción nacional de crudo ronda los 950.000 barriles por día. Sin embargo, se estima que, debido a la situación actual, el país dejará de producir al menos 150.000 barriles diarios. Cabe destacar que Chevron participa en la administración de cuatro empresas mixtas en asociación con la estatal Petróleos de Venezuela, encargadas de operar campos petroleros locales, cuya producción se había triplicado en los últimos períodos.
Ante este escenario, surge la incógnita sobre si el anuncio del expresidente estadounidense Donald Trump tendrá consecuencias en las operaciones de otras empresas no estadounidenses con presencia en Venezuela y que operan bajo la figura del “Comfort Letter”, una licencia especial para proyectos petroleros y gasíferos. Entre estas empresas se encuentran Repsol, Maurel & Prom y Eni, las cuales han manifestado en reiteradas ocasiones su intención de continuar sus operaciones en territorio venezolano.
Entre tanto, Caracas solo tiene la certeza de continuar con lo que sea capaz de producir PDVSA, una corporación que, según distintos informes, está permeada por corrupción y politización como resultado de la hegemonía chavista. Los únicos datos financieros auditados públicamente por esta compañía fueron en 2016 y, según diversas fuentes, actualmente acumula una deuda de 20.000 millones de dólares.
No obstante, se reporta que en los últimos tres años PDVSA ha comenzado a mejorar sus procesos internos mediante la incorporación de capital humano recién graduado, lo que le ha permitido recuperar parcialmente su importancia en algunos campos de crudo liviano y pesado. Actualmente, la estatal venezolana produce 650.000 barriles diarios de petróleo, una cifra significativamente menor a la de finales del siglo XX, cuando, antes del gobierno de Hugo Chávez, producía 3.200.000 barriles.
Frente a la salida de Chevron, se espera que la economía venezolana se debilite debido a la inefectiva administración gubernamental y las sanciones internacionales, lo que podría generar un crecimiento económico marginal en 2025 y una tasa de inflación superior al 100 % anual.
Esto se debe a la dependencia de la producción petrolera que tiene Venezuela y a sus conflictos políticos internos, sumados a las expropiaciones y los problemas sociales, como la emigración de más de siete millones de personas, lo que ha reducido la operatividad de la industria venezolana al 30 % de su capacidad total. Además, incluso sin sanciones internacionales, diversas compañías petroleras prefieren no invertir en Venezuela debido a sus condiciones actuales.
Según el economista y académico Francisco Rodríguez, “gran parte de la recuperación en la producción del país en los últimos años se debe a Chevron, y ese avance se puede perder”. Asimismo, el endurecimiento de las sanciones internacionales podría generar insuficiencias estatales para subsanar deficiencias y atender contingencias operativas. Esto se debe a la entrada en vigor del “over-compliance” o sobrecumplimiento, un mecanismo mediante el cual las empresas estadounidenses refuerzan el cumplimiento de sanciones impuestas por Washington para evitar repercusiones legales.
Uno de los posibles efectos de este panorama es que, con un mercado sobresaturado, se retomen las ventas de crudo en alta mar en lugares remotos a través de intermediarios que aplican descuentos en las transacciones. Una señal de esta tendencia es el aumento de operadores energéticos de mediano y pequeño tamaño con escaso reconocimiento en el mercado.
Al respecto, distintas compañías han manifestado su interés en asumir las operaciones de Chevron en Venezuela, como la empresa india Reliance y la china China Petroleum. Según Francisco Rodríguez, es posible que los países sancionados terminen acostumbrándose a vivir bajo esas restricciones, mientras que naciones como China o Rusia no tendrían inconvenientes en iniciar negocios con países afectados por sanciones.
Nota principal:
Maduro busca acuerdos con China y Turquía para mitigar la salida de Chevron de Venezuela – El País
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